Panfleto para seguir viviendo

exto singular, obra de un autor que no lo es menos, ya que se niega a que su foto aparezca en la portada del libro y a prestarse a cualquier tipo de promoción. Quien lea Panfleto para seguir viviendo se convencerá de que tal actitud no obedece a ninguna estratagema publicitaria, sino a la concepción que Fernando Díaz tiene de la sociedad en que vivimos, de la falsedad de los valores pregonados por el poder y de la injusticia que sufre la mayor parte de la humanidad. El narrador cuenta en primera persona su andadura vital, desde una adolescencia transcurrida en el barrio madrileño donde nació, en el seno de una familia obrera, con un hermano y varios amigos muertos por drogadicción, y sus fugaces acciones en calidad de «camello», hasta el inicio de su formación como lector (a través de Jack London) y la toma de conciencia política y social. Militante en una célula de un partido de izquierdas, el autor comprende la necesidad de un cambio radical, no violento, en la vida de los seres humanos, un cambio encaminado a eliminar la injusticia, las diferencias y el sufrimiento evitable. Un libro airado, políticamente incorrecto.